El encuentro se desarrolló en casi todos los aspectos según lo previsto.
El viernes por la mañana parte de la organización se trasladó hasta Quincoces para dejar terminados los últimos preparativos y desde primeras horas de la tarde hasta la una de noche fueron llegando compañeros.
Aunque tranquila y al calor de la chimenea, la noche se nos alargó bastante a la mayoría.
El sábado tocó madrugar en especial a los que habían decidido hacer Pozalagua. El resto, una horita más de tregua.
A lo largo del día se desarrollaron tres actividades diferentes:
· Visita a Pozalagua, que transcurrió sin problemas, dividendo a los numerosos visitantes en varios grupos más pequeños para ir cómodamente.
· Travesía Puente – Humo, donde también fueron muchos los que decidieron hacer esta cueva, y la verdad es que no tuvieron como aburrirse. No muy lejos del pozo de salida un compañero resbaló haciéndose un esguince en el tobillo, por lo que hubo que organizar un rescate y unas horitas estaban todos fuera.
El viernes por la mañana parte de la organización se trasladó hasta Quincoces para dejar terminados los últimos preparativos y desde primeras horas de la tarde hasta la una de noche fueron llegando compañeros.
Aunque tranquila y al calor de la chimenea, la noche se nos alargó bastante a la mayoría.
El sábado tocó madrugar en especial a los que habían decidido hacer Pozalagua. El resto, una horita más de tregua.
A lo largo del día se desarrollaron tres actividades diferentes:
· Visita a Pozalagua, que transcurrió sin problemas, dividendo a los numerosos visitantes en varios grupos más pequeños para ir cómodamente.
· Travesía Puente – Humo, donde también fueron muchos los que decidieron hacer esta cueva, y la verdad es que no tuvieron como aburrirse. No muy lejos del pozo de salida un compañero resbaló haciéndose un esguince en el tobillo, por lo que hubo que organizar un rescate y unas horitas estaban todos fuera.
· Ruta del Desfiladero del Purón, unos 15 compañeros cambiaron el buzo por las botas de montaña y realizaron el paseo de 18km. Como acabaron pronto (a las 15h estaban comiendo al lado de los coches) se barajaron varias alternativas para la tarde y al finas se dividieron en dos grupos, unos fueron a ver el salto del Nervión y otros hicieron turismo por Frías, Oña, etc.
El sábado cenamos todos juntos y se realizó un sorteo de regalos entre los asistentes y para terminar bien el día, unos cubatitas en los bares de Quincoces, que no supieron aprovechar la ocasión de más de 100 espeleólogos con ganas de fiesta y cerraron bastante pronto.
El domingo fue más tranquilo, un pequeño grupo de gente se acercó hasta la Pequeña cueva de Perches a ver los grabados del paleolíticos superior y otros muchos realizaron la ruta que, rodeando el hayedo del Monte Santiago y pasando por un mirador que abarca Vizcaya y Álava, llega hasta el Salto del Nervión que, para la ocasión, llevaba agua.
Al igual que el sábado por la noche, se preparó el comedor para todos y disfrutamos de los últimos ratos juntos y tras el café, cada uno a su casa a descansar del ajetreado fin de semana.
Solo añadir, que gracias a todos por venir, que fue un placer compartir actividades con vosotros y que, si os apetece, nos vemos en el siguiente, que será para dentro de 2 añitos (lo bueno se hace esperar).
Un saludo y gracias otra vez de parte de la Organización
Os dejamos información más completa sobre las distintas actividades que, amablemente, compañeros de otros grupos se han molestado en elaborar, y si alguien quiere que colguemos su visión de las actividades podeis enviarlo al correo (enlaces)
Pozalagua
(Dani, grupo Alta Sierra)
……mmmh… Son las 7:30h, sábado sabadete, y ha costado un montón salir del saco. Hemos quedado para salir hacia la cueva de Pozalagua a las 8:00 pero entre desayunos, rezagados y preparativos de última hora nos dan casi las 9.
Tras unos 25 minutos de viaje por carretera y unos cuantos pueblos después, llegamos a una pequeña zona de parking donde cómodamente iniciamos la tarea de meternos el neopreno, el mono, el arnés y la ferretería necesaria.
El tramo desde los coches hasta la boca de la cueva es un agradable paseo (sobretodo por el neopreno) de unos 10 minutos, en el que formamos un pelotón multicolor de sonajeros (las vacas nos miraban flipadas)
La verdad es que una vez llegamos a la boca no tardamos mucho tiempo en entrar. El inicio de la cueva es una galería horizontal que se va estrechando a la vez que los charcos se van convirtiendo en pequeñas pozas, gracias a un primeramente escaso flujo de agua que, curiosamente , un poco más adelante ya no es tan pequeño.
Las pozas son cada vez más hondas y ya habiendo avanzado un tramo, nos encontramos con los primeros descuelgues, o saltos para los más atrevidos. Realmente es una zona muy divertida y la gente va con mucha fuerza. Primero unos pasamanos, ahora un rappel, luego una cascadita y finalmente llegamos a un pozo de unos 15 metros, ¡Vamos pa` bajo! Ha salido un bonito rappel y ahora nos enfrentamos a una zona estrecha y poco profunda que nos conduce a un caos de puequeños bloques y estrechas galerías. Esta zona supone un esfuerzo mayor y en ella, el pequeño grupo de 4 que formábamos tenemos un momento de duda al no saber hacia donde seguir. Alguno de los 4 grita “¡Es por aquí!” estaba claro ¿no?
¡Qué bien! Parece que la cueva se abre ante nuestro avance y tras unas pocas pozas más llegamos al Lago Verde.
No se porque, pero yo me había imaginado un lago, con una pequeña playa y con chiringuito, pero al asomarme veo que estoy 5 ó 6m por encima de un gran pozo, invadido por unas tuberías que se encargan de abasteces de agua al pueblo vecino y, que, por supuestos, allí no había chiringuito por ningún lado.
Unos saltan directamente al lago y otros bajan por un par de cuerdas que hay instaladas a nuestros pies. Nadamos un poco, luego una ligera trepada y por fin llegamos a la zona donde devoramos chocolatinas y tomamos un merecido descanso.
Ha estado muy bien y una vez nos volvimos a juntar todos, decidimos emprender la salida. El pequeño grupo que formábamos efectuó una salida Express, creo que una de las galerías adelantamos a Fernando Alonso…
Y zas! Ya estábamos otra vez en la calle. La cueva ha estado guapísima, y que pasada lo de quitarse trastos y neopreno. Ahora un ligero picoteo y lo mejor, una buena siesta española, cortita pero contundente, que cómoda es la furgoneta de Maki…
Por cierto, ¿para cuando es la próxima?
Por el desfiladero del Purón
(Lorenzo G.E. NIphargus)
Quince personas salíamos en la mañana del sábado, dispuestos a caminar durante unas horas para cubrir los 18 km. que supone el recorrido entre Villafría el desfiladero, Ribera y volver al punto de partida.Antes, Rupelo (nuestro guía) nos llevaría a ver de paso, el monte de San Pantaleón de Losa (para hacer fotos) y unas cuevas eremíticas cerca de Valpuesta.Eran las once de la mañana y estábamos en marcha para descender al desfiladero. Un estupendo día nos acompañaba, pero las previsiones de lluvia para la tarde, también se cumplieron. No obstante nos respetó durante todo el trayecto, que tuvo dos paradas: una para almorzar en una campa verde con mesas al efecto, y otra cerca de Ribera para repostar agua del manantial y esperar a tres que se pasaron de largo.Las tres de la tarde y estamos comiendo en Villafría, cuando empiezan a caer las primeras gotas de la tarde.Unos optan por volver al albergue y descansar, otros ir a ver la cascada del Nervión y otros por hacer turismo en Oña y Frías.
Cueva de Penches
(Lorenzo G.E. Niphargus)
El domingo por la mañana, un grupo de cinco personas, nos vamos a ver los grabados de la cueva de Penches, que son del paleolítico superior (12.000 años) según una datación del abate Henry Breuil. La cueva debería estar cerrada, pero habían forzado la cerradura y aprovechamos para entrar. Es frustrante cómo han dejado la cueva: llena de pintadas, graffitis… y lo peor es, que se han cargado alguno de los grabados. Junto al mejor de los paneles, hay un grabado reciente que por centímetros no ha estropeado el antiguo.
